May siempre ha sido una persona independiente (incluso podría considerársela como una chica peculiar). Si te la cruzaras en la calle, no notarías en ella ninguna diferencia en relación a otras mujeres jóvenes que tratan de abrirse camino en la gran ciudad. Vive sola, trabaja de ayudante de veterinario, se hace la ropa ella misma y sueña con encontrar a la persona adecuada de la que enamorarse. Hay este tío simpático que trabaja de mecánico calle abajo. Una oportunidad para un romance que parece prometedor. Sin embargo, resulta difícil ser optimista, puesto que él tampoco es exactamente normal. ¿Quizá encontrará lo que busca en la recepcionista lesbiana del trabajo? Como dice el adagio: El amor aparece allí donde menos lo esperas.

El director Lucky McKee nos presenta un saludable híbrido de terror camp y thriller psicológico. Aunque la cinematografía artística resulta juguetona por lo que respecta a los temas, aumenta orgánicamente con intriga e intensidad. May es un homenaje moderno a las antiguas películas de Frankenstein, con un pequeño Hannibal Lecter para aportarle sabor. Ángela Bettis, en su papel de May, tiene el aspecto y el destello en sus ojos que resulta apropiado para hacer que May descienda a una locura creíble.
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