THE BOY

THE BOY - Una crítica de CLAUDIA LÓPEZ.

The Boy La historia dirigida por William Brent Bell comienza con una joven americana, Greta (Lauren Cohan) que decide trabajar de au pair en Inglaterra para huir de un pasado tormentoso.  Cuando llega a la flamante mansión conocerá al niño que debe cuidar, Brahms, tan especial que resulta ser un muñeco a tamaño real de un niño de 8 años (la edad con la que murió Brahms en un incendio). Las normas que los padres imponen son severas, deberá cuidar al muñeco como si fuera su propio hijo, leyéndole en voz alta o poniéndole música clásica, sin embargo, los padres se van de vacaciones, y Greta decide tomarse un descanso de sus obligaciones de niñera. Es entonces cuando la cosa comienza a ponerse interesante, puesto que Brahms no consentirá tal abandono. Dentro de este marco desasosegaste, la historia personal de la protagonista refleja una lacra de la sociedad, la violencia machista, y aunque por un lado se agradece la visibilidad y denuncia por otro lado pierde interés, pues lo que realmente se quiere ver es al muñeco poseído hacer de las suyas. Las películas de muñecos diabólicos reflejan un miedo intrínseco del ser humano a “la representación de lo otro”. Sus aspectos aniñados e inocentes les hacen aún más terroríficos, y prueba de esto son películas como Muñeco diabólico o la más reciente Anabelle. La posibilidad de que estos "juguetes infantiles" puedan albergar maldiciones o incluso almas, ya sean buenas o malas, lo ha sabido aprovechar bien el cine, sin embargo hay un buen puñado de casos reales de muñecos embrujados, entre ellos el de la propia Anabelle, que está basado en una muñeca real.

El film que nos ocupa provoca una sensación de tensión constante sin recurrir al susto fácil, con un ritmo inmutable e impecablemente dirigida. Por otro lado, la fotografía en tonos oscuros, apagados nos provoca más de un escalofrío en la lúgubre mansión de estilo victoriano.

THE BOY

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